martes, 25 de mayo de 2021

Liderazgo transaccional: una forma pragmática de lograr resultados

 

Los líderes son fundamentales para las empresas y cada uno adopta un modelo para dirigir y guiar a sus equipos de trabajo. El liderazgo transaccional es uno de esos estilos. Se trata de un método tradicional aplicado en muchas compañías por las ventajas que presenta para la consecución segura de resultados acordes con los objetivos.

Si bien el líder transaccional siempre ha existido en las compañías, es en 1978 cuando el especialista James MacGregor Burns teoriza por primera vez sobre las características de este modelo de liderar equipos.

También llamado liderazgo institucional y gerencial, esta forma de conducción de los empleados es una estrategia que busca la mejora continua de los resultados operativos mediante la fijación de incentivos para los trabajadores.

En el caso de que el empleado responda y se esfuerce en el logro del objetivo fijado, recibirá un premio que bien puede ser una compensación económica, una promoción o ascenso a un cargo dentro de la organización y/o un reconocimiento público a su labor.

Si el trabajador no dio la talla recibirá un castigo como relegar la diligencia hacia un puesto superior o no recibir la compensación económica adicional.

Este tipo de liderazgo es una estrategia más pragmática que -además de la búsqueda de mejoras continuas de resultados- permite promocionar a los mejores empleados y dar un llamado de atención a los que no han alcanzado los niveles de productividad esperados. Todo esto se combina con una autonomía para los trabajadores, quienes solo dan cuentas cuando sus tareas son completadas.

Entre los beneficios del liderazgo transaccional está la mejora en la motivación de los empleados, los resultados operativos que se obtienen y una mayor eficacia de la gestión.

Pero este modelo presenta como desventaja la excesiva presión para algunos profesionales, lo cual genera ansiedad y depresión. La presión de este tipo de liderazgo -si no se ejerce adecuadamente- pone en riesgo el clima de trabajo, las relaciones interpersonales y el sentido de pertenencia de los trabajadores hacia la empresa.

Por ello, un buen líder transaccional se caracteriza por su capacidad de generar la motivación y el entusiasmo en los miembros del equipo para realizar de forma óptima y en el tiempo establecido las labores y los objetivos encomendados por la compañía.

Se trata de comprometer a todos los integrantes del equipo premiando a los mejores y llamando al hacer las cosas mejor a quienes no cumplieron adecuadamente las metas.

Estos líderes presentan las cualidades de ser asertivos, claros y concretos en la comunicación, solicitando a los empleados lo que desea obtener de ellos. También son cerebrales, pues jamás pierden de vista el objetivo.

En resumen, el rol del líder transaccional es sumamente importante para las compañías, ya que de él o ella depende que estas alcancen sus objetivos económicos y continúe creciendo con su gente.

 

Referencias:

https://www.bizneo.com/blog/liderazgo-transaccional/

https://empresas.infoempleo.com/hrtrends/ejemplo-lider-transaccional

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