El buen funcionamiento operativo y financiero de las empresas se basa en la administración acertada en todos los diferentes escalones de la organización. Para ello, no pocas compañías se valen del gobierno corporativo, una especie de código que involucra a los accionistas, el directorio y la alta administración y el propósito es que todos actúen de forma coordinada mediante un sistema de información interna eficaz y eficiente.
La metodología del gobierno corporativo tiene repercusión sobre los resultados de las empresas, de allí la importancia de acometer esta materia de la manera más adecuada. Puede determinar el éxito de una empresa debido al impacto que tiene sobre la operatividad y posicionamiento en el mercado frente a los competidores.
El gobierno corporativo es un mecanismo gerencial que funciona como ente encargado de establecer y regular el cumplimiento de reglas dentro de una institución. Su propósito es el de mejorar la calidad financiera de una empresa, el logro de metas y su crecimiento.
Al impulsar normas y controles para llevar adelante de forma organizada los planes de la compañía, el gobierno corporativo se convierte en un mecanismo gerencial que optimiza la gestión financiera, la consecución de las metas y el crecimiento de la organización.
Una empresa esta imbuida dentro de un engranaje donde actúan los dueños o CEOS, la junta directiva, los socios, accionistas y consumidores y todos ellos deben salir beneficiados.
La misión del gobierno corporativo es promover los procesos legales que rigen a la compañía, además de velar y facilitar la participación de los accionistas en la toma de decisiones dentro de un principio equitativo hacia todos ellos, independientemente del porcentaje de participación que tengan.
Asimismo, el gobierno corporativo fija las responsabilidades y controles dentro de las estructuras de las empresas. Y aunque pueda parecer poco conocida, muchas empresas lo han adoptado.
Este mecanismo surgió en la década de 1930 como respuesta al crack financiero de 1929 de Estados Unidos, que evidenció una discrepancia entre los intereses de los accionistas y los intereses de la dirección de las empresas.
Aunque cada compañía tiene sus propias particularidades, el organigrama bajo el gobierno corporativo suele estar conformado por el consejo familiar, socios o accionistas, la asamblea de accionistas, el consejo de administración y la dirección general.
Esto permite mayor sentido de responsabilidad, más transparencia en los procesos administrativos y crecimiento a través de la identidad corporativa de la empresa y su compromiso con la sociedad mediante los programas sociales.
Referencias:
https://www.ionos.es/
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