En los últimos días, una serie de voces se han pronunciado en torno a la necesidad no solo de cuidar el ambiente, sino de crear conciencia a las empresas tanto productoras, como en general, sobre la utilización y el manejo de desechos plásticos.
La preocupación ha crecido a tal punto que el lunes 31 de mayo, más de 70 países se unieron en un clamor en la Organización de las Naciones Unidas. Se trata del establecimiento de un nuevo “acuerdo vinculante a escala global con el fin de combatir la polución con plásticos en respuesta al “alarmante” aumento de este tipo de contaminación”, según la información que difundió la agencia EFE.
La preservación del medio ambiente, aunque se ha dicho infinidad de veces, debe ser más que obvia. Es el único planeta habitado, por lo menos que se conozca, y en él no solo conviven miles de millones de personas; sino una gran cantidad de especies, sobre marinas que son las que más afectadas.
Según la consultora Ecodes, 8 millones de toneladas de plástico son vertidas cada año a los océanos. Para que se tenga más claro, dicen, es como si se vaciara un camión de basura lleno de plásticos cada minuto. Además, se asegura que para “2025 nuestros océanos tendrán una tonelada de plástico por cada 3 de pescado, y en 2050 habrá más plásticos que peces”.
Este tipo de prácticas no solo perjudican a la fauna marina, sino también a la población. Por eso, la demanda de que se establezcan unas mejores maneras de manejos de residuos plásticos es imperativo. No solo para logar, en el largo plazo, el tan anhelado planeta verde, sino también para ayudar al saneamiento ambiental actual.
La cultura del reciclaje es una herramienta poderosa que está a la disposición de las empresas para comenzar a aminorar el impacto ambiental negativo que tienen los desechos en general y los plásticos en particular.
En Colombia, por ejemplo, la organización Manos Verdes, experta en el manejo de desechos, recoge el aceite de la industria alimentaria y es capaz de convertirlo en biocombustible. Iniciativas como estas pueden multiplicarse en el mundo para comenzar a sanearlo.
La práctica de separar y etiquetar tanto la basura cotidiana como aquellos residuos que pueden resultar muy peligrosos es algo que con el paso de los años ha ganado terreno. Esta clasificación va directamente de la mano con otras instituciones que se dedican al reciclaje, bien sea de papel o de plástico que es caso que ocupa.
Sin embargo, la mayoría de los expertos en el tema coinciden en que la acción más importante es la de tratar de que las empresas traten de reducir al máximo sus desechos. La impresión en papel ha venido descendiendo de manera importante, y más durante la pandemia; algo impulsado por el teletrabajo.
Estos aportes pueden parecer pequeños, pero a la larga se convertirán en factores importantes de cambio. De cambio hacia un presente, pero sobre todo un futuro mejor.
Referencias
https://manosverdes.co/manejo-
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