La Navidad es una de las épocas preferidas por los consumidores. El espíritu de las fechas llega a los hogares no solo con adornos y luces, sino también con muchos productos para comprar y consumir. Aunque las de 2020 podrían resultar un poco atípicas, por aquello de la pandemia, no será menos importante.
Los comercios tienen que adaptarse a ello, sin duda. Además de ofrecer y hacer cumplir los protocolos de bioseguridad, también es conveniente tomar en cuenta ciertas recomendaciones, sobre todo si los negocios vienen de estar un tiempo cerrados.
Hay que hacer un refrescamiento del local. Cambiar los productos de la ubicación a la que los clientes estaban acostumbrados. Reforzar la oferta de que se ponga a la venta, incluyendo rubros relacionados con la época navideña, destacándolos sobre el resto aún más si tienen una vida perecedera. Es decir, luego de las fiestas muy poco despertará interés en el consumidor.
Una de las estrategias más exitosas, además de adornar las tiendas con motivos alegóricos, es la de poner una estantería solo con lo nuevo de la temporada. Aquella mercancía (adornos, ropa, mantelería) que esté dentro de las tendencias del año. Aunque parezca mentira, aún en pandemia los diseñadores y grandes empresas han creado sus inventarios sobre la base de colores, materiales y diseños para diferenciarse de su competencia.
El comercio y marketing electrónico será el gran aliado de la Navidad en pandemia, al igual que el delivery. Así como se piensa en el espacio físico, los comerciantes también deberían darles la oportunidad a aquellos potenciales compradores que, por miedo a contagiarse u otra razón, no puedan desplazarse hasta la tienda.
Catálogos en línea, página amigable para comprar y vender, plataformas de transacciones seguras y un óptimo servicio de entrega también jugarán a favor cuando la visita a la tienda física no es posible. Las redes sociales son la plataforma ideal para lograr esa comunicación con el usuario marcada, antes que nada, por la confianza.
Dar incentivo a los consumidores rifas o promociones son siempre una buena opción. En un espacio de la tienda puede ubicarse un biombo o similar para recibir los cupones de los visitantes, quienes, luego de comprar una cantidad determinada de dinero, pueden optar por rebajas, obsequios instantáneos o a finales de la temporada navideña.
Hay que llegar a la Navidad preparados. No conviene llegar sin nada o hacerlo de manera improvisada. Hay planificar qué se va a hacer, desde cuándo y por cuánto tiempo. Dejarle al azar la posibilidad de éxito de lo que se emprende no es conveniente. No se creará el lazo de confianza y credibilidad que debe existir con el consumidor.
Un trato amable, sea presencial o virtual, es una piedra angular de lo que se busca. Que la Navidad sea esa época de alegría, confraternidad, aún en pandemia.
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