Hay quienes preguntan si es realmente necesario para las empresas participar en diferentes tipos de eventos, desde seminarios y conferencias, pasando por congresos y convenciones, hasta la expresión más frívola: los cocteles. La respuesta es un sí rotundo dada la importancia que este canal de comunicación tiene para las compañías.
Y a las cifras me remito. Por ejemplo, según la firma Captio, solo en España la realización de eventos representa 7 millardos de euros, equivalentes a 0,66% del PIB de ese país.
Los eventos forman parte del día a día en el mundo de los negocios y ello se expresa en las numerosas actividades internas y externas que realizan, pues son de gran ayuda para promocionar y lanzar nuevas empresas y nuevos productos y servicios, además de ser el campo idóneo para hacer contactos a nivel profesional o aliados estratégicos.
También los eventos constituyen herramientas para relanzar o mantener la imagen y presencia de las empresas en el mercado. Además, estos encuentros ayudan al crecimiento profesional y, por ende, de las compañías, ya que permiten mantener actualizados a los participantes sobre la marcha y extensión de cada sector de negocios.
Otra arista importante es que los eventos proporcionan conocimiento y aprendizaje que se pueden aplicar de forma práctica y exitosa en los mercados y con los proveedores, así como en el mantenimiento y captación de nuevos clientes.
Los eventos a lo interno de las empresas tienen que ver con su funcionamiento, como notificar cambios en la organización y motivar a los empleados, entre otros fines.
Los eventos externos están destinados a los clientes potenciales y vigentes, a los proveedores, las comunidades y los medios de comunicación, entre otros.
Tradicionalmente, los eventos se han visto como reuniones de personas en un espacio para tratar diferentes temas, perspectivas y situaciones de los negocios. Esta percepción ha sido reforzada por la publicidad de estos encuentros que también incluyen congresos, convenciones y ferias con gran asistencia de público.
Sin embargo, las nuevas tecnologías han cambiado la forma de convocar y reunir a la gente y desde hace varios años la fórmula online o virtual ha ganado terreno en la celebración de eventos corporativos, más en estos tiempos con la irrupción inesperada del COVID-19.
Pero la pandemia no ha detenido la celebración de los eventos, sino que ha potenciado y multiplicado los encuentros virtuales a través de plataformas que se aplican según el tamaño y tipo de evento como Zoom, Facebook Live o Instagram Live.
De esta manera, las empresas no se quedan rezagadas respecto al entorno, se mantienen actualizadas comunicándose e interactuando continuamente con los clientes, trabajadores y accionistas, entre otros.
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