Si bien el trabajo remoto existe desde hace varios años, debido al avance de la tecnología, la emergencia sanitaria del COVID-19 multiplicó esta forma de laborar. Las empresas han tenido que enviar a muchos empleados a sus casas por la cuarentena, pero eso no significa vacaciones. Están trabajando desde sus hogares en aquellas actividades que lo permiten, por no requerir su presencia física en las instalaciones.
Es así como millones de empleados se vieron obligados a mudar la oficina al hogar, lo que ha representado, sin lugar a dudas, un choque en los hábitos y la forma de trabajar. Al principio, dada la premura, hubo mucha improvisación, pero ahora, en vista de que el confinamiento se alargó y se sigue alargando en varios países, se impone una planificación más rigurosa de protección al trabajador y al medio donde se desenvuelve.
En primer lugar, es necesario que el empleado labore dentro de las normas establecidas de seguridad y protección para prevenir, precisamente, padecimientos y enfermedades laborales.
En este sentido, la "oficina hogareña" -en inglés room office- debe ser un espacio que garantice buena iluminación natural para proteger la salud visual, así como tranquilidad, privacidad y confort, con la finalidad de ofrecer estabilidad emocional en una gestión productiva con mínimo estrés.
La parte del mobiliario es muy importante, por lo que se debe preservar una posición corporal correcta, con miras a evitar dolores y lesiones músculo esqueléticas.
La rutina de trabajo es otro factor de atención. La jornada laboral en la casa debe ser como la de que se realiza en la empresa, que permita cumplir sin sobre tiempos innecesarios las tareas y objetivos. Se trata de combinar armónicamente lo laboral con otros elementos vitales como la familia, la cocina, el entretenimiento y el ocio.
Material confidencial
Un aspecto que también es fundamental es el referido a la seguridad de la información confidencial de la empresa para la cual se teletrabaja. Los expertos aconsejan utilizar y guardar en un mismo sitio seguro los documentos físicos y USB drives, además de apagar los equipos al final de la jornada.
Igualmente, se debe cuidar la colocación de la pantalla de la computadora, esto es que no esté a la vista de extraños, sobre todo, cuando se vive en zonas residenciales rodeadas de edificios.
También hay que procurar que las conversaciones sobre el trabajo sean privadas, es decir, no hablar a gritos para que todo el mundo se entere. Como el resto de la casa, el room office debe estar protegido contra robos.
Otra recomendación de seguridad es tener plan de evacuación, con una ruta preestablecida, ante la posibilidad de contingencias de terremoto o incendio. A esto se suma un kit de emergencia con el cargador lleno del teléfono, medicinas, agua, entre otros insumos.
Referencias:
https://www.robertwalters.es/
No hay comentarios:
Publicar un comentario