El mundo actual de los negocios, imbuido en la globalización y la competitividad en los mercados, ha extendido la práctica de la sinergia empresarial como una solución eficaz a esta realidad.
La sinergia se basa en la cooperación e interacción entre los departamentos de una misma empresa o entre dos o más compañías en la que ellas intercambian fortalezas con la finalidad de ejecutar acciones, planes y/o proyectos, los cuales de manera individual es más difícil y poco rentable llevarlos al cabo.
Las iniciativas que se realizan por sinergia dan beneficios a las partes al generar la consecución de objetivos, ganancias económicas y ahorros de costos. Con la sinergia todas las empresas buscan lo mismo: el beneficio mutuo a través de la cooperación.
La sinergia o cooperación empresarial se puede aplicar prácticamente en todos los ámbitos de los negocios que se puedan llevar adelante de forma conjunta, lo cual abarca las actividades operativas, inversión y tecnología, entre otros.
En el plano de la comercialización, la sinergia hace más eficiente esta área al utilizar canales de venta, servicios post venta y/o logísticas comunes.
Otro ejemplo de esa cooperación es el aprovisionamiento, donde la sinergia genera beneficios en los precios de compra o mejores condiciones de pago por compras por volumen.
Sin embargo, como toda decisión estratégica de una empresa, la realización exitosa de esta práctica requiere un abordaje adecuado. Esto implica conocer como es la compañía o compañías objeto de la cooperación.
Asimismo, hay que tomar en cuenta el tamaño del negocio, sector en el que se trabaja y cuál es el modelo de negocios de la organización sujeta a la sinergia.
Entre las formas de sinergia están el cobranding, que consiste en una cooperación momentánea para lanzar ciertos productos y una vez finalizada la campaña vuelven a la competencia individual, y la fusión en la que las empresas se unen para formar una nueva.
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