Conseguir que una empresa sea saludable requiere invertir esfuerzos en alcanzar puestos de trabajo de calidad, un ambiente social y colaborativo, así como proporcionar oportunidades para todo el personal. De esta manera la organización gozará de una relación sana y efectiva con el trabajador, generando mayor productividad y rendimiento. Un empleado feliz es un empleado que rendirá al máximo y contagiará con su energía a sus compañeros.
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