La planificación puede ayudar a mejorar notablemente la producción porcina. Según el sitio web El universo porcino, los objetivos deben estar enfocados en réditos económicos, crecimiento y longevidad, por lo cual es aconsejable conocer las necesidades del mercado, capacidad económica del productor y del comprador y el mercado al cual se dirigirá el producto final.
Dependiendo de sus propias necesidades y del mercado al cual está dirigido, el productor puede establecer varias directrices, como vender lechones con peso de 20 kilos en adelante, o cerdos de más de 95 kilos o los diferentes tipos de cortes.
A la hora de planificar una empresa porcina, el portal recomienda tener bien identificados los ejemplares.
Hembras de reemplazo: Son las que hacen referencia a la reposición que tiene que hacer una granja para mantener su productividad. El parámetro es de 40% de reemplazo al año. Las hembras deben estar debidamente certificadas y sanas.
Los reproductores: Se refiere a los machos encargados de transmitir sus mejores características genéticas y no deben pertenecer a la misma granja para evitar consanguinidad. El standard dice que es conveniente un macho por cada 15 hembras si es monta directa, o por 75 hembras si es por inseminación artificial.
Madres o reproductoras: Son hembras que ingresan a la granja garantizando camadas uniformes y saludables.
Cerdas vacías: Comprende las destetadas, repetidoras de celo u otra condición.
Lechones: Son los animales considerados desde la lactancia hasta los 30 kilos de peso y no deberían pasar de 70 días de edad.
Una vez definidos los tipos de ejemplares que se tendrá en la industria, se dispondrá del tamaño de la granja y los diferentes procedimientos de producción para tener un negocio rentable y la mejor calidad del producto final, señala el portal (http://www.aacporcinos.com.ar )
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